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En la actual era de rápida iteración de la industria de los vehículos de nueva energía, el silicón orgánico ha pasado de ser un “material auxiliar” a convertirse en una “garantía esencial”. En comparación con los vehículos de combustión tradicionales, que utilizan solo 2,5 kg de silicona por unidad, los vehículos eléctricos consumen hasta 20 kg, un aumento de casi diez veces que refleja sus ventajas de rendimiento insustituibles.
El paquete de baterías, considerado el “corazón” del vehículo eléctrico, determina directamente el valor total del automóvil. El sellador de silicona, gracias a su excelente capacidad de sellado, puede aislar completamente el módulo de la batería del entorno exterior. Incluso cuando el vehículo circula por zonas con agua o en ambientes húmedos, puede bloquear eficazmente la entrada de humedad y polvo, eliminando desde la raíz el riesgo de cortocircuitos.
Al mismo tiempo, el gran calor generado durante el funcionamiento de la batería es el “culpable” principal de la degradación del rendimiento. Los productos de silicona térmicamente conductora, como el gel térmico o la grasa de silicona conductora, pueden formar una red de disipación de calor altamente eficiente, transfiriendo rápidamente las zonas de alta temperatura hacia los componentes disipadores. Así, la temperatura de la batería se mantiene dentro del rango óptimo de funcionamiento, prolongando su vida útil en más de un 30%.
En el sistema de accionamiento eléctrico, las propiedades de resistencia a altas y bajas temperaturas del silicón orgánico se manifiestan plenamente. Puede soportar tanto el calor extremo generado por el motor en funcionamiento como el frío severo de los inviernos del norte, garantizando una estabilidad constante del aislamiento.
En el proceso de aligeramiento del vehículo, los adhesivos de silicona se convierten en los “mejores compañeros” de nuevos materiales como el aluminio y la fibra de carbono, asegurando una alta fuerza de unión mientras reducen el peso del cuerpo del automóvil, ayudando así a mejorar la autonomía.
Desde la batería hasta la carrocería, el sistema de protección integral construido con silicón orgánico se ha convertido en la clave para mejorar la seguridad de los vehículos de nueva energía.
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