En la industria de los recubrimientos, la baja eficiencia de curado y la pobre adhesión al sustrato han sido durante mucho tiempo los principales obstáculos que limitan la eficiencia de producción y la calidad del producto. Para las empresas que requieren aplicación a temperatura ambiente, lograr un equilibrio entre facilidad de aplicación y estabilidad del recubrimiento representa un desafío importante. Los sistemas de resina tradicionales rara vez cumplen con ambas exigencias. Sin embargo, el polisilazano líquido con estructura de silicio-nitrógeno (Si–N) ofrece una solución revolucionaria gracias a su estructura molecular única y su excelente rendimiento.
La principal ventaja de este polisilazano líquido radica en su estructura de enlace Si–NH–Si, que permite el curado a temperatura ambiente mediante una reacción de hidrólisis y oxidación, eliminando la necesidad de hornos de alta temperatura. Esto resuelve de raíz las limitaciones de los recubrimientos convencionales que dependen de equipos térmicos, altos consumos de energía y entornos de aplicación restringidos. Aún más importante, sus cadenas moleculares pueden formar enlaces químicos fuertes con los grupos –OH presentes en la superficie de los sustratos. Ya sea sobre metales (como aleaciones de aluminio o acero inoxidable), materiales inorgánicos no metálicos (como vidrio o cerámica), o plásticos de baja polaridad como el PP, logra una adhesión de alta resistencia. La fuerza de desprendimiento del recubrimiento supera notablemente a la de las resinas convencionales, evitando eficazmente la delaminación, el agrietamiento y el desprendimiento.
Para adaptarse a diferentes necesidades de rendimiento, el proceso de curado de este polisilazano puede ajustarse con precisión mediante la adición de catalizadores específicos. Los catalizadores ácidos o básicos permiten controlar de forma flexible el tiempo de curado (desde unas pocas horas hasta varias decenas de horas) y promueven la formación de una red tridimensional entrecruzada, lo que mejora significativamente las propiedades mecánicas del recubrimiento. Según las pruebas, la dureza del recubrimiento curado alcanza valores superiores a 2H (dureza de lápiz), la resistencia al impacto aumenta un 30%, y mantiene una excelente flexibilidad, soportando condiciones de flexión y tracción sin dañarse.
En cuanto a la facilidad de aplicación y el rendimiento funcional, este material también destaca: con una baja viscosidad de 5–20 mPa·s a temperatura ambiente, posee una excelente fluidez y es compatible con múltiples métodos de aplicación, como pulverización, inmersión o brochado. El recubrimiento obtenido es uniforme, sin escurrimientos ni defectos como poros. Una vez curado, presenta excelente resistencia a la intemperie y a la corrosión, soportando más de 1000 horas en pruebas de niebla salina sin oxidación. Además, es no inflamable (índice de oxígeno ≥ 32%), cumpliendo con los estrictos estándares de seguridad industrial. Su baja tensión superficial facilita la limpieza de aceite y polvo, reduciendo significativamente los costos de mantenimiento.
Ya sea en recubrimientos industriales anticorrosivos, capas aislantes para componentes electrónicos o recubrimientos protectores y decorativos sobre plásticos, el polisilazano líquido con estructura de silicio-nitrógeno se destaca por sus ventajas de curado a temperatura ambiente, fuerte adhesión, rendimiento ajustable y aplicación sencilla. Representa un material innovador que ayuda a las empresas a optimizar sus procesos de producción y mejorar la competitividad de sus productos, consolidándose como un ejemplo de innovación en el campo de las materias primas para recubrimientos modernos.